domingo, 20 de março de 2011

A amplificação do desastre (3)

A meditar. Excertos de Me equivoqué, de Jorge Alcalde:

El foco de atención de miles de periodistas de medio mundo había dejado de ser (en sólo 24 horas) el efecto devastador de la fuerza del tsunami. Decenas de miles de japoneses sucumbían a la ola del olvido mediático, ajenos a que la madrugada europea los había sustituido por su nueva pesadilla, una palabra que corrió como la pólvora por las redacciones y se enseñoreó de los titulares: Meltdown! Fusión del núcleo.
(...)
Mientras el destino se empeñaba en desbaratar, como una cascada de piezas de dominó, todas las previsiones posibles, los vendedores de miedo subían sus apuestas y recorrían el salón de juegos arrimando a su causa a nuevos acólitos de la religión del "Ya os lo dije": políticos medrosos en eterna precampaña electoral, comentaristas desinformados que absorbían el caos con la avidez del adicto al titular, científicos estrella cegados por la luz del telediario en directo, mandamases del emporio nuclear timoratos y asustadizos paseando a gritos un sentimiento de culpa que los convertía en presas fáciles... Entre esa feligresía, los alarmistas trataban de recoger píldoras de credibilidad con las que reponer sus exiguas existencias, severamente mermadas después de tantas alarmas incumplidas, tantas catástrofes acumuladas que pudieron haber sido y no fueron.
(...)
Una semana después, la tragedia ha cambiado de bando. El tsunami ha dejado de estremecernos y sus víctimas no acongojan nuestros corazones tanto como las últimas mediciones de microsieverts de isótopos volátiles, con sus décimas y sus centésimas fluctuantes. ¿Por qué será que el terremoto de Japón es el que ha despertado la menor ola de solidaridad europea en la historia de las grandes catástrofes naturales? Los lobbies entretanto se remangan para recoger el rédito de su desesperada apuesta. Y el rédito llega a raudales. El nuevo debate nuclear, reabierto desde las cenizas del anterior, ya enarbola su mantra, escondido tras supuestas manifestaciones de apoyo al pueblo japonés que restaña sus heridas tras la desgracia del 11-M (maldita fecha): "¡Hay que cerrar Garoña!". (...)

Sem comentários: